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ANCESTRAL🪶

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ANCESTRAL🪶

Mi proyecto de vida e historia.
Muy pocas personas conocen la historia detrás de este proyecto, nombre e imagen. Resultó que al llegar a Panamá en el 2015 decidí cortar toda relación con el chamanismo y el mundo de las ¨ceremonias¨ y plantas enteógenas. Me tocó hacerme cargo y responsable de muchas cosas por un buen tiempo, hasta que me sintiera segura de compartir mi historia. 

Fue mi forma de protegerme y brindarme un espacio seguro para poder entregarme a mi proceso de sanación mientras iba tratando de sostenerme en mis necesidades básicas, techo, comida y la decisión de no regresar a Venezuela, con todo lo que implica emigrar.

Este capitulo de mi vida inició en el 2009/2010 cuando deje el mundo y la carrera de editora audiovisual y producción para dedicarme por completo y de forma independiente a facilitar espacios terapéuticos, meditaciones y talleres. Todo esto como resultado de las experiencia que empecé a vivir en el camino del chamanismo y las diferentes ceremonias, que me llevaron a dar un cambio radical en mi vida.

Primero fue Ulcha Piritintu -significa Pluma Guacamayo en un dialecto indígena del sur de Colombia- y nació de una visión que tuve en una toma de Yage (ayahuasca) junto a la idea de crear un centro chamánico, donde pudiera seguir aprendiendo, brindar mis terapias de relajación y ¨salvar al mundo¨. Algo muy común y que pasa mucho es que todos quieren salvar el mundo, pero pocos se ocupan de salvarse así mismos.

Hablando con una señora de mi idea, me propuso financiar, ayudar y así fue. Empezó a crearse esta especie de centro en la casa de esta mujer en Maracay. Aquí yo ofrecía masajes, purgas, meditaciones y baños con plantas. Vendía artesanías indígenas apoyando a comunidades. Además organizaba las tomas (ceremonias) que se ofrecían allí y participaba de otras, en distintas ciudades de Venezuela y Colombia. 

Cuento largo hecho corto, un buen dia esta ¨socia¨ por sus motivos y procesos personales llegó hacer una fumigación de ratas en su casa, en donde me había mudado, para sostener el ¨centro¨, en el que me encontraba como ¨esclava¨, limpiando baños y haciéndolo todo. Me pidió que me fuera y me dijo que yo no tenía derecho de hacer lo que estaba haciendo… y más nunca supe de ella. En ese mismo tiempo mi perrita Luna, una dalmata hermosa -fue mi primera hija peluda- falleció envenenada. También terminaba una relación amorosa importante en mi vida, con un gran hombre, por inmadurez y todo lo que estaba atravesando en mi proceso de sombra, patrones y el despertar de mi energía femenina.

Fue una época de lecciones duras y muy difíciles, de las cuales hoy agradezco profundamente.

Mientras continuaba con mis formaciones y estudios, cambie el nombre a Ancestral, para honrar todo lo que las plantas sagradas me enseñaron y por la importancia de reconectar con la madre la Tierra y los Elementos. Inicie un largo camino de encuentro con mi corazón y amor propio, pues para ese momento, recuerdo claramente haber quedado hecha un trapito en el piso, ha sido el momento y la noche mas oscura de mi vida, estuve muy perdida. Confíe a ciegas en mi intuición y seguí adelante.

En este tiempo/ proceso la obsidiana llegó a mi vida a ordenar, sostenerme y ayudarme a sanar de raíz. Me ayudo, gracias a la terapia, a darme cuenta que estaba metida en la ¨boca del lobo ̈  y que estaban pasando muchas cosas que no entendía y que no se sentían bien en este mundo de las ceremonias.

En esta historia recibí muchas enseñanzas de personas que encontré en el camino, curanderas, maestras, sanadores, chamanes… Pero hubo 2 taitas (chamanes) de los que aprendí muchísimo. De uno, el arte de la curación energética con limpias y sonido, y del otro TODO lo que NO se debe hacer en el camino espiritual, la familia y la vida. Si, no todo es arcoiris, colores y momentos bonitos.

Casi 7 años después, salí de viaje para darme unas vacaciones de todo el trabajo, estudios y procesos abrumadores que estaba viviendo. Quería conocer a mi sobrina (Panameña), reencontrarme con mi hermana y viajar un poco con mis ahorros. En el viaje, mi madre me aconsejó no volver y buscar la forma de salir adelante porque la situación en el país solo empeoraba. 

Así es como decido quedarme en Panamá después de viajar un tiempo brindando talleres, terapias y espacios femeninos en distintas ciudades como Miami, Puerto Viejo y Tamarindo en Costa Rica, Guadalajara y Playa del Carmen en México. Anduve un buen rato viajando con la ropa en la mochila y una maleta de herramientas. Hasta que por diferentes motivos personales e intuitivos decidí intentarlo aquí en Panamá. 

Aquí inició otro capítulo de mi vida con sueños reveladores y perturbadores, muchísima información que me tomó años procesar, entender, sanar e integrar con mucha terapia, prácticas espirituales y el apoyo de mis maestr@s y seres amados. 

Con esta historia empiezo a poner en contexto muchos temas que empezaré a tratar y compartir. En esta oportunidad, es mi necesidad de dar voz y aflorar realidades que no se ven en las redes ni se tratan sobre la mesa. Vamos por parte. 

Ahora, desde una mirada holística, amorosa y profunda, gracias a toda mi experiencia personal, actualmente sostengo un centro de Sanación y Consciencia en la Ciudad de Panamá, Ancestral Comunidad. Un espacio seguro para que la comunidad pueda encontrar herramientas, prácticas y terapias que le ayuden a su propio camino de desarrollo personal y espiritual. Donde ofrezco mi servicio a todo corazón que desee hacerse cargo y responsable de su vida y su realidad.

Gracias por leerme,
Kata🪶

 

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