¡Hola!

Estoy retomando estos espacios con nuevas perspectivas, con ganas de compartir más e invitarte a ser libre en dejar tus comentarios, aportes, perspectivas y experiencias.

La realidad es que en las redes sociales en general no se puede profundizar. Por un lado, últimamente (para no decir siempre) la libertad de expresión está amenazada y muchas veces censurada por reglamentos o condiciones que no responden a valores humanos sino siguen lineamientos ajenos a nuestra comprensión. 

La realidad es que por otro lado, las redes en estos tiempos distorsionan la vida. No por cómo se use o para que eliges tener una cuenta, sino porque se le da tanto valor y atención a este espacio, que poco a poco se ha ido perdiendo el hilo de lo que realmente es importante y significativo en el dia a dia, por el simple hecho de pasar más tiempo pegado a una pantalla que presente en tu propia vida y realidad. 

Por eso ahora es más común la ansiedad, la depresión, la inseguridad, los problemas de salud mental y emocionales. Estos espacios alientan lo superficial de la vida, lo externo, lo de afuera, solo lo que se quiere mostrar. Vivimos en un sistema que te enseña a aparentar en vez de a crear tu propio criterio de vida.

Cultivar una vida superficial no tiene ningún beneficio para ti y tu ser. Dar más atención, peso y valor a lo que miras en redes (afuera) que lo que realmente sucede en tu vida (adentro), te aleja de tu centro y capacidad de ejercer tu voluntad para resolver conflictos, superar retos, crecer, madurar y tener relaciones sanas. 

Encuentro chicas entre los 20 y 30s completamente perdidas por lo que creen que deben ser, y no por lo que realmente están viviendo. Esto es una clara muestra de cómo la energía se pierde, robando vitalidad en vez de usar toda esa energía en cuestionar, investigar, estudiar, pensar y sentir por sí mism@.

Donde ponemos nuestra atención, va nuestra energía. Esto lo dicen mucho pero ¿sabes lo que realmente significa? 

Si no somos conscientes de las oportunidades que nos presenta la vida en el momento presente, podemos perdernos en laberintos de egos y confusión. Aquí empiezan los conflictos, las competencias, la ira, la envidia, las luchas de poder. Las películas y ¨guillas¨ de las que, no se ustedes pero yo estoy cansada, de las mías y la de los otr@s. 

Reconocí en algún punto que no quiero historias tóxicas ni conflictos de colegio. Identifique mis sombras y me metí a trabajar para sostener la armonía y libertad por la que tanto llevo trabajando. No podemos dar nada por sentado, la vida se construye en cada paso. 

Así que tomé la decisión de alejarme de toda forma tóxica, incluyendo las propias. Con las mías sigo trabajando, el camino es largo. Sin embargo, mi realidad inmediata (núcleo y entorno) cambió. Volvió la armonía, la calma, la meditación y la estabilidad. Lo que me permite sentirme contenida en un espacio seguro para poder ser, crear y crecer. 

Con esto no quiero decir que no hay altos y bajos, o momentos de tensión, pero la realidad es que cuando te ocupas de ti y tu entorno, asumes tu responsabilidad, te haces cargo de tus sombras, lo que te incomoda y sientes… entonces se aprende a comunicar de forma clara, se encuentran soluciones y acuerdos, pero sobre todo te ayudas a sanar y a entender que todo afuera es un simple reflejo. 

¿Cómo se logra esto? ¿Cómo aprender hacerlo? 

Mi recomendación es primero, siempre tomarte el tiempo de identificar honestamente que sientes ante todos los aspectos de tu vida: cuerpo, nutrición, hogar, trabajo, relaciones, sexualidad, todo. Lleva un diario de lo que vas viviendo, hazte preguntas, cuestionalo todo para poder identificar conflictos y necesidades. Este es un primer paso.

Y segundo te invito abrir puertas de autoconocimiento en ti, esta sigue siendo la aventura más increíble que vivo, el encontrarme conmigo misma en cada paso conociendo QUE SOY . Ábrete a descubrirte y amarte con mi curso 

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